sodaromane
Se esparce todo alrededor. Ella muerde el polvo en sus
manos, se retuerce. La saliva se hace
espesa como miel silvestre. Se miran y
se huelen, se sufren y se duelen. Solo
hay una cosa en sus corazones, y es amor.
Y es amor lo que sienten al tirar la ropa sucia de fango en el piso, y
es amor lo que sienten al posar desnudos a la luna en una noche de lluvia. Y es amor lo que sienten al morir a sí mismos
y entregarse al otro. No existen ya, han
desaparecido en sí mismos.
Lo que era antes del
amor, muere después de éste. Nada queda
pues es arrollador.
Deshabitada la casa
estaba y solo miraban la pared desahuciada.
Sucios y curtidos por los años de estar y no estar, por los años de
necesitarse y no encontrarse, por la mirada perdida que tiraron alguna vez a la
luna, o alguna estrella en una de esas noches que solo late el corazón y la
tierra se adentra entre las uñas.
Porque
se han buscado y no se han encontrado, porque se han amado y no se habían
besado, porque son dos almas gemelas que habitan de forma paralela.
No existe remedio
cuando se miran y se tocan, cuando se escuchan y se defragmentan en mil
pedazos. Están borrachos y están
mareados de mimarse, están en una nota que solo la entienden ellos. Y es que cuando están juntos todo se vuelve
gris, negro y azul mojado. Es lindo el
día, pero es gris, a él le gusta el gris y a ella le gusta el grisáceo. Se habían encontrado y no habían entendido el
significado de lo que pasaba. Que no
estaban juntos para estar... para dejar de estar.
Cuando entendieron
que ya no estaban, que existían, fue que entendieron que amar no es sentir, es
estar. Estaban “en... amor... a... dos”,
o sea, estaban en amor y que era para dos.
Y es que amar no es sentir, es una presencia, es una forma de ser. Ya cuando silbaban, caminaban, escribían,
dormían, estudiaban o trabajaban... no hacían lo que parecía, sino, que
amaban. Porque se habían sumido en este
estado de paráfrasis constante y de disyuntivas metafísicas que sólo entendían
ellos. Solían tener sus vidas, pero ya
no más... ahora tienen Verdades.
La verdad es
ellos. El que quiera saber lo que es la
verdad y que si es absoluta o no, sólo tiene que mirarlos. Esa es la verdad, ellos. Y es que la verdad se da cuando se es sincero
consigo mismo, cuando se quiere hacer el bien al otro y cuando el bien te lo
haces a ti sin querer. Porque han
entendido que el amor no es que te amen, que es amar. Que es la cosa más rara del mundo. Es un estado que vuelve cuando lo das
sin reservas. Eso también lo
aprendieron, a no tener reservas.
Las reservas se dan cuando no te das
por completo.
Ya por fin entiendo
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